el sol hiere de belleza nuestros párpados.
el aire nos rodea como lenguas de fuego, su voracidad estival apenas si a veces cae, momentáneamente vencida, a los pies de algún compasivo frescor, estos días.
un poco entre líneas y un poco a los gritos uno sospecha que vivir es una suerte de flujo interminable e incomenzado. acaso esto sea magna suerte o la peor tragedia; hace rato que personas más idóneas que nosotros no logran un acuerdo al respecto.
y qué si el año se acaba.
el aire nos rodea como lenguas de fuego, su voracidad estival apenas si a veces cae, momentáneamente vencida, a los pies de algún compasivo frescor, estos días.
un poco entre líneas y un poco a los gritos uno sospecha que vivir es una suerte de flujo interminable e incomenzado. acaso esto sea magna suerte o la peor tragedia; hace rato que personas más idóneas que nosotros no logran un acuerdo al respecto.
y qué si el año se acaba.
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