Wednesday, November 30, 2005

a veces pienso que vivir es como correr con los cordones desatados: uno avanza esperando el tropiezo y la subsecuente caída y cuando se cae, porque finalmente nos caemos, uno se levanta y nunca, pero nunca jamás nos olvidamos de olvidarnos de atarnos los cordones y así nuevamente todo, ya lo ha dicho Borges, ya lo han dicho muchos otros, Moebius, por ejemplo, quienquiera que haya sido, y también, por qué no, se me ocurre mezclar a Sábato en el embrollo de mis ideas y pensar que la vida es como una red de túneles circulares no conectados, pero desde los que a veces uno se cruza con el otro pobre corredor solitario del túnel contiguo y nos saludamos o insultamos a través de una ventana chica o grande, diáfana o sucia, y somos nuestros túneles casi tangentes, nuestros ochos acostados, nuestros cordones que no sabemos atar

1 Comments:

Blogger Fabiana said...

Benditos sean los tropiezos y las caidas. Benditos los tuneles y las ventanas que elegimos transitar, si ello nos permite encontrarnos y encontrar a otros.
Que placer leerte otra vez.

12:01 PM  

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